LA FAMILIA DE OSVALDO BUSTOS

Historia Familiar

Osvaldo Bustos
 
Nací el 5 de noviembre de 1956 a las 11 de la mañana en la Clínica del Dr. Boris nene.jpg (242565 bytes)Blank. Mis padres, Rafael Casimiro e Irma Cecilia habían pasado por otros dos intentos fallidos. Tanta espera se coronó en esa oportunidad con el nacimiento del tan ansiado hijo. El 7 de noviembre llegaron en un taxi al barrio que los vio vivir durante el resto de sus vidas: Jardín del Pilar, o Barrio Pilar a secas. El conductor se negó a entrar por estar la calle Tres Arroyos muy embarrada.

No había por esa época ni agua corriente ni electricidad. El líquido se almacenaba en una cisterna y la luz la proveía un "sol de noche". Un calentador a kerosén hacía de cocina. A media cuadra, - a la vuelta - estaba el campo de los Caruso y su alambrado cortaba la calle Pehuajó, la que se acababa a solo 50 metros de su cruce con Tres Arroyos. Osvaldo la identificaría luego como "la calle cortita". En ella lo mordió, o al menos asustó por primera vez un perro callejero. En ella jugó a la pelota con sus amigos del barrio, claro que él jugaba porque se lo permitían por ser el dueño de balón. Pero se jugaba en la calle cuando desaparecieron los baldíos, en realidad durante muchos años el "estadio" era un descampado que existía entre las calles Pehuajó, Tres Arroyos y Tandil, por un lado y unas taperas que separaban del campo de los Caruso.

En esa manzana Osvaldo aprendió a andar en bicicleta. Él pedaleaba y su hamaca.jpg (163057 bytes)padre - Rafael - corría por detrás vigilando que el nene no se cayera. Claro que el nene una vez intentó independizarse y demostrar que ya había practicado lo suficiente y al grito de: ¡mirá como hago el ocho! Terminó en el suelo, llorando y con las manos y rodillas raspadas. Por calle Tres Arroyos se hacían carreras en bici. En una oportunidad, en la esquina de la plaza con Tandil su bicicleta y humanidad terminaron contra un enorme árbol paraíso. Algunos moretones y una rueda destrozada fue el resultado.

En la época de su niñez, el barrio era cruzado por canales y acequias. A la entrada, junto al Camino a las 60 Cuadras corría una acequia. Por Tres Arroyos, entre el camino y Pergamino pasaba un canal. Por la mitad de barrio, dos cuadras antes de la sede del Centro vecinal, otro. Y al fondo, donde terminaba el barrio el último. Era el límite el Sur, pero tanto éste canal como los restantes desaparecieron con el paso del tiempo. El límite Este lo forman las barrancas por las que corren las vías del tren. Los restantes son los ya mencionados Camino a las 60 Cuadras al Norte y el campo de los Caruso al Oeste. Después de las vías y del canal del fondo del barrio solo se encontraba campo y mas campo. Eran tiempos tranquilos que permitían que un niño como Osvaldito pudiera andar solo por sus caminos y senderos encima de su bicicleta. Desde esa bicicleta vió nacer al Barrio José Hernández donde antes era el Campo de los Caruso. Supervisó la construcción de un sector de la Avenida de Circunvalación. La reconstrucción de la Avenida Sabattini o Ruta 9 Sur, entre otras cosas. Las calles enarenadas de los Barrios José Hernández, San Pablo y San Carlos en ocasiones le marcaron sus manos en algunos aterrizajes forzosos.

Su primera perrita fue "La Negra" una pichicha raza "ratonera" originalmente bautizada como "Uva Negra" que había sido regalada por un compañero de trabajo de su padre apellidado Montenegro. La Negra fue la encargada de oficiar de compañera de juegos y soportar algunas torturas hasta que su paciencia decía basta y todo terminaba con un mordisco.

Fue bautizado en la Iglesia San Pablo de Barrio Colón por el padre Moretta quien luego sería el encargado de darle su Primera Comunión.

Desde temprana edad comenzó a estudiar. Por problemas de fecha de nacimiento hizo dos veces el jardín de infantes. Primero en el de la escuela de la Iglesia San Pablo en Barrio Colón. Y después en el de la Escuela Rubén Darío de Barrio Crisol, donde pasó toda la escuela primaria. En este colegio llegó a ser el abanderado alternadamente con su mejor amigo de esas épocas y también buen alumno Guillermo Ernesto Funes "Nenino". Tras rendir y obtener el orden de mérito número veintiocho en Liceo Militar general Paz, optó por ingresar en la escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano, dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba, donde también había aprobado correspondiéndole estudiar en la primera sección.

 
 
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