HISTORIA DE LU4HJQ
Osvaldo Bustos y la radio afición

Don Nieto
Mi papá Rafael Casimiro además de empleado de Epec había sido radio armador en su juventud. Así lo hizo constar en la solicitud de empleo que presentó a la Empresa.

Don Nieto, que había sido empleado en Almacenes de una de las antecesoras de Epec, tuvo su casa frente al cementerio de San Vicente y fue uno de los que le compró un aparato.

Nunca supe la causa, pero todos los 6 de enero - Día de Reyes - mis padres y yo lo visitábamos. Nos recibía acompañado de su esposa, y pasábamos un rato con ellos sentados en unas sillas que sacaban al patio delantero de la casa, momento que con paciencia de niño veía el ir y venir de los paseantes.

Cuando íbamos por la tarde, la reunión acababa con el anochecer y debíamos partir. Nunca conocí el interior de humilde casa. Y el patio no tenía iluminación eléctrica.

Sí me quedaba claro que mi padre al venderle la radio lo hizo con un seguro especial, que le permitió a Don Nieto disponer de un servicio técnico o service de por vida. El viejo probablemente había conocido a mi abuelo Rafael Bernardo y se merecía esa atención.

En este momento vino hasta mí el recuerdo del olor tan particular que existía en ese lugar.

Cuando Don Nieto murió, venció la vigencia del service.

La radio a galena
Contaba mi madre Irma Cecilia, que cuando se casaron - corría el año 1953 - fueron a vivir a la casa de toda nuestra vida: Tres Arroyos 90 (luego 2686) de barrio Jardín del Pilar.

Ese loteo en realidad solo contaba con las calles de tierra precariamente demarcadas. El agua potable llegaba en camión cisterna y la depositaban en una especie de aljibe, que duró hasta que nací, tiempo en el que mi madre ordenó borrarlo del patio, para que el niño tan esperado no se cayera en el foso.

Tampoco había electricidad, y como consecuencia la iluminación pública y privada era inexistente.

¿Y como se podía hacer algo tan sencillo como escuchar radio?

Con la radio a galena.

Efectivamente, un antena hecha con un cable colocada lo mas alto que se pudiera, una buena toma de tierra a la que se mojaba un poco para mejorarla, y obviamente la radio a galena. Y sus auriculares, aparatos que servían y sirven para aislar al escucha de su entorno, cosa poco recomendable para un recién casado.

Recuerdo las quejas de mi madre cuando me relataba esa situación.

Pasaron los años, y cuando yo tenía 6 jugaba con esa radio a galena.

Buscaba un banquito. Buscaba la radio con su piedra maravillosa. Hacía las conexiones a la antena y a la toma de tierra con la ayuda de mi papá. Mojaba la toma de tierra. Conectaba los auriculares. Me desconectaba del mundo. Pero ¿qué podía escuchar? Sólo LV2 Radio La Voz de la Libertad en el 970 del dial AM, porque su planta de transmisión estaba ubicada sobre la ruta 9, ingreso sur.

Ese placer duraba un rato fantástico, donde casi con nada me sentía feliz.

Una tarde en la peluquería
Mi madre tenía el primer turno de los viernes de todo el año para hacerse peinar en la peluquería de Olga Giordani (LU7HAY) quien estaba casada con Don Tito Pastrello (LU1HI) comisario del Comando Radioléctrico de la Policía de Córdoba.

A veces, mamá iba por la tarde, y en vacaciones la acompañaba por la mañana.

Ya tendría unos 10 años. Me quedaba sentado esperando a que terminaran de atender a mamá. Desde allí veía un pasillo, y en el fondo Tito modulando con su equipo valvular, generalmente en la banda de 40 metros. Era una época en que era bien visto participar en las Redes de Emergencia existentes en las distintas bandas. Y Tito Pastrello solía participar en la de 40 metros. Medicamentos, mensajes urgentes, pedidos de información conformaban la materia prima de trabajo de los LUs (ele us, se dice) que ayudaban en esas redes.

Quedaba fascinado con ese pasatiempo, y parece que lo demostraba porque de tanto en tanto Pastrello me invitaba a verlo y escucharlo junto a él.

El primo Oscar
Oscar de la Calle, mi primo por ser hijo de la hermana de mi papá, la tía Sara, fue con el que realicé mis primeros intentos radioeléctricos. Pero me llevaba ventaja porque él estudiaba en el la escuela técnica Cassafousth y yo en la escuela de comercio Manuel Belgrano.

A pesar de ello, a los dos nos gustaba la electrónica. Y nos entusiasmó un libro que trataba sobre como construir un walkie-talkie escrito por un tal Elizondo. El hacía uno, yo otro, y cuando estuviera todo listo, la intercomunicación radial tendría que hacerse fácilmente.

Con los años nos enteramos que el circuito que aparecía en el libro estaba incompleto, por lo que jamás nos hubiera funcionado el aparato. Pobre Elizondo, las cosas que pensamos y dijimos de él...

Eran tiempos en los que muchos proyectos electrónicos comenzaban con la compra de un gabinete de radio Spica. Época en la que frecuentemente seguíamos listas de materiales que nunca era posible comprar en un solo lugar. Deambulábamos por Radio Super King, Distribuidora Americana - Rambler o Radio Aconcagüa (negocios ubicados en o cerca de la calle Rivera Indarte), entre otras, para que siempre sobre el final nos enteráramos que justo "ese" transistor ya no se fabricaba, y por supuesto tampoco tenía reemplazo.

En consecuencia, una vez hecho un adecuado stock de basura electrónica ya se estaba en condiciones de armar algo como la gente.

A pesar de esto, el hobby nos gustó e hicimos los trámites en el Correo Central, los que nos permitieron transformarnos en LU4HJQ yo, y LU4HDT, el primo Oscar. Corría el año 1974 y teníamos diecisiete años de edad.

Como el primo era el hábil, y yo no había heredado ese don de mi padre, el primo se hizo su equipo y a mí me lo compró mi papá. Oscar compró todos los elementos que le permitieron hacer un "Cordobesito" circuito muy popular en La Docta que se basaba en un chasis de chapa que había que agujerear para poner entre otras cosas los zócalos para las lámparas, que variaban - las de salida - entre 6DQ6 x otra u 807 X otra. Para la recepción, nada mejor que un conversor acoplado a la radio de la casa, que debía sintonizarse en en el 1600 del dial.

Don Carlos Édison Munch
Como me vieron decidido y con los trámites realizados, pero con pocas luces para la materia, antes de empezar ya me había recibido de "perillero", calificación reservada para los que como yo no pasábamos de manipular perillas y llaves, situación que obligó a mi padre a contratar a Don Carlos Edison Munich, LU8HE, para que me construyera mi primer equipo de radioaficionado.

Luego yo diría en el aire de los 80 metros (como si supiera): " estoy transmitiendo con un equipo casero valvular de una 807 por otra, el micrófono es un cristalero Herus D104 y el receptor también es casero y preparado para las bandas de 80 y 40 metros, y la antena es una V invertida para las bandas de 80 y 40 metros, con una bobina por rama de 270 espiras de alambre de cobre de 1 mm...".

Para los chicos de hoy habituados celulares, Internet y transceptores vale contarles que primero se sintonizaba buscando un espacio en blanco para el llamado general, o la frecuencia donde estaban nuestros amigos haciendo una rueda. Entonces encendíamos el oscilador del transmisor y buscábamos el "pozo de sintonía" en nuestro receptor generalmente a oído, y en mi caso mediante una lámpara especial.

La primera transmisión
El bautismo como Novicio se realizó a la hora 20:10 del 16 de agosto 1975 en la frecuencia de 3.650 khz. El padrino fue elegido por mí contrariando la costumbre de que fuera un desconocido. Cuando LU4HJQ lanzó su primer CQ, CQ llamado general, la repuesta la dio LU8HE, Don Carlos Munich, quien falleciera el día 3 de febrero de 1979.

Al día siguiente fue la prueba en serio.

Los contactos registrados en el Libro de Guardia en esa jornada fueron:

Como no podía ser de otra manera el primo Oscar (LU4HDT) estuvo entre los primeros contactos, que luego se continuaron durante muchos años con QSOs en distintas bandas y frecuencias.

Continuará...