LA FAMILIA DE OSVALDO BUSTOS

Historia Familiar

Rafael Bernardo Bustos
 

Rafael Bernardo nació en Punilla, Provincia de Córdoba el 24 de octubre de 1874.

A solo 64 años de la Revolución de Mayo, a 58 de la Declaración de la Independencia del Reino de España y a 21 de la sanción de la Constitución de la Nación Argentina.

En ese año Domingo Faustino Sarmiento transfería la banda presidencial a Nicolás Avellaneda.

En Europa ya habían pasado las guerras de Crimea de la década de 1850 (entre Inglaterra, Francia, Rusia, Italia y Turquía) y la franco-prusiana de 1870 que terminó con la derrota de Francia. Disfrutaban de la Belle Epoque que se extendió hasta 1910, aproximadamente.

En Estados Unidos de Norteamérica había finalizado la Guerra de la Secesión entre el Norte (industrial) y el Sur (feudal, romántico y esclavista), que se desarrolló durante los primeros años de la década de 1860.

Poco aporta su partida bautismal del 27 del mismo mes, para precisar el lugar exacto de su nacimiento. En esa época todo el valle era considerado como un solo Curato, siendo la ciudad de Cosquín su cabecera.

Hijo de Ventura Bustos y Wenceslada Oliva, fue apadrinado en su bautismo por Pedro Celedonio Ortiz.

Al momento de escribir estas líneas (noviembre del año 1998) no había sido posible establecer el origen o procedencia de sus padres. El camino de la historia hacia el pasado acaba con su nacimiento. Muchos de los que se apellidaban Bustos en el Siglo XIX y residieron inicialmente en Punilla, habían llegado desde Cuyo, y mas aún, desde Chile.

Aparentemente tuvo dos hermanos mayores. Uno de ellos, Pedro Blas fue bautizado el 19 de octubre de 1873 en Punilla cuando tenía once meses de existencia - habría nacido en diciembre de 1872 -, siendo sus padrinos Tristán y Rosa Luján. Años después, el 9 de febrero de 1933 se casó en la ciudad de Córdoba con Marcelina Ortega. El otro hermano, Jacinto, es "el aparente" porque no se dispone de datos ciertos sobre él. Rafael Casimiro y Sara Josefina (sus sobrinos) lo recordaron como una persona muy grande, a la que habían visto algunas veces en su niñez, estimando que probablemente habría sido un tío de ellos. Seguramente era el primogénito de Ventura Bustos, nacido fuera del Curato de Punilla.

Retomando la historia de Rafael Bernardo, es probable que haya estudiado en alguna escuela del valle, para trasladarse en su juventud a la ciudad de Córdoba.

En esta ciudad seguramente fue uno de los empleados fundadores de la Compañía de Luz y Fuerza Motriz (extranjera), que comenzó a funcionar durante la primera década del Siglo XX.

El servicio público de electricidad comenzó a prestarse en la ciudad de Córdoba de acuerdo a lo establecido por la Ley Nº 1.923 del 21 de diciembre de 1893, por parte de la empresa Mac Kanlay y Cía. época en la Rafael Bernardo contaba con diecinueve años de edad.

Tras sucesivos cambios en las condiciones de concesión, el 30 de diciembre de 1908 la Ley Nº 2.042 otorgó la autorización para funcionar a la Compañía de Luz y Fuerza Motriz de Córdoba. Entonces Rafael Bernardo estaba casado, tenía dos hijos y treinta y cuatro años.

No es sencillo imaginar como vivió la gente de la época la gran cantidad de cambios y novedades que los invadían.

Cuando nació Rafael Bernardo en el 1874, no se disponía de una serie de adelantos o bien éstos eran una total novedad. Pero cuando él disfrutaba de su juventud ya se habían transformado - la mayoría de ellos - en parte de la vida cotidiana.

El ferrocarril "El Central Argentino" llegó a Córdoba desde Rosario en 1870.

La harina se hacía con trigo importado de Estados Unidos, hasta que el avance de su cultivo permitió que en 1878 Argentina exportara su primer remanente.

En 1879 por se pudo exportar a Europa carne congelada. Se hizo mediante un cargamento de carne de oveja en el barco "Le Frigorífique" que permitió que la mayor parte pudiera consumirse en destino.

Y a partir de 1880, con la primera presidencia de Roca se sucedieron una serie de cambios y transformaciones notables.

Efectivamente, en 1880, cuando Rafael Bernardo tenía sólo seis años de edad, "el proyecto de país era bastante promisorio, dotado de recursos naturales interesantes, pero carecía de un Estado Nacional; un país donde la tercera parte del territorio estaba ocupado por los indios y que no tenía moneda propia ni presencia en el comercio mundial. (...)" (1) Treinta años después, cuando en 1910 se festejaba el Centenario de la Revolución de Mayo y Rafael Bernardo contaba ya con treinta y cinco años, él seguramente se sintió orgulloso de vivir "en el país mas adelantado de América del Sur, que tenía una inserción perfectamente lógica y redituable en los circuitos mundiales de la inversión, de la producción y el consumo; que tenía la red ferroviaria más larga de América Latina y una de las más largas del mundo; que tenía un sistema educativo admirable; que se distinguía de otras naciones de América por la existencia de una gran clase media (en la que se ubicó con comodidad la familia Bustos); y que gozaba de una estabilidad política e institucional que no se había conocido durante toda su historia" (1)

Contrajo enlace por primera vez al casarse con Valentina Capdevila en la Iglesia del Pilar, el día 3 de marzo de 1906, cuando ya contaba con treinta y dos años. Ella era viuda de Pedro Garay, y llegaba al matrimonio con treinta y cuatro años de edad. Sus padres habían sido Anselmo Capdevila y Luisa Balquinta. Como testigos participaron Pedro Jordan y Conrada B. de Ruppil.

Esta ceremonia sirvió para legitimar en lo religioso a sus hijos naturales Epifania e Ignacio Manuel. Años después, en 1923, Rafael Bernardo cumplió con similar trámite ante el Registro Civil de la ciudad de Córdoba.

Con Valentina tuvo un hijo matrimonial: Vidal, del que no se guardan recuerdos muy buenos, al ser partícipe de una serie de desencuentros familiares. El 9 de junio de 1909 Vidal fue bautizado en la Iglesia del Pilar, quien había nacido el 28 de abril del mismo año, siendo sus padrinos Donato Bustos y Juana Castañara de Córdoba.

Rafael Bernardo enviudó el 29 de diciembre de 1916 cuando tenía cuarenta y dos años y ella cuarenta y seis (la partida de defunción establece una discordancia al sumar dos años a su edad, comparándola con la que declaró al momento de su casamiento en 1906, establece una diferencia de cuatro años con su esposo Rafael Bernardo, siendo la original de solo dos). Murió a causa de una colecistitis calculosa.

Para esa época ya vivían en la calle Galeotti. Dejaba huérfanos a Ignacio Manuel - del que poco se sabe y que falleciera en una pelea callejera en la década del treinta -, a Epifania de catorce años de edad, y a Vidal de 7.

Probablemente Epifania era la mayor de ese grupo de hermanos, y a su cargo debe haber quedado su cuidado, hasta que el 30 de marzo de 1920 - después de menos de cuatro de viudez - Rafael Bernardo decidió que era bueno casarse nuevamente, en especial si trataba de una señora - viuda - llamada Angelina Platé.

Ella había nacido el 9 de enero de 1883 y fue bautizada en la Iglesia Catedral de Córdoba el 15 del mismo mes y año, con el nombre de "María" Angelina. Los padrinos fueron Hercilia Córdoba y el mismo cura que la bautizaba, José Vicente Sur de Cabrera. Era hija del italiano piamontés Domingo Cayetano Platé y de Angela Ávila, nacida en el Curato de Punilla y bautizada el 18 de octubre de 1857 en "La Capilla de la Cañada" del lugar conocido en la actualidad como Villa Giardino. A su vez Ángela era hija natural de Loreto Ávila, quien probablemente está sepultada en el cementerio colonial de esa misma capilla.

Domingo Cayetano y Ángela - los padres de Angelina - se habían casado en el Templo de San Roque, el 22 de julio de 1878, cuando él ya era huérfano de Cayetano y de Ángela Pnedeli.

Volviendo al encuentro de nuestro hilo conductor, Rafael Bernardo contaba con cuarenta y cinco años de edad cuando se casó con Angelina de treinta y cinco, el 20 de marzo de 1920 en la "Parroquia de Santa Ana", hoy Iglesia Corazón de María del Barrio Alta Córdoba. Los testigos fueron Juan Bagún Catala y Teresa Quiñones.

Ese mismo día habían cumplido con similar trámite en el Registro Civil de la ciudad, donde los testigos del enlace fueron José Molina y Clemente Moreno

De sus padres la única sobreviviente era Ángela Ávila - madre de Angelina -, que residía en Alta Gracia.

Angelina había tenido su primer matrimonio con Avelino Lescano, militar con quien se casó en Córdoba para luego trasladarse con él a los sucesivos destinos propios de su profesión de armas. Con Avelino no tuvo hijos y enviudó cuando residía en Buenos Aires.

Pero con Rafael Bernardo la suerte fue distinta. El 13 de enero de 1921 nació Sara Josefina, a quien bautizaron en la Iglesia Corazón de María el 3 de abril de 1921 con el nombre de "Clara" Josefina. Nuevamente participaron como testigos Juan Bagún Catalá y Teresa Quiñones.

El 4 de marzo de 1922 nació Rafael Casimiro - mi padre - que fue anotado en el Registro del Estado Civil de Córdoba el 6 de ese mes, siendo en este caso testigos Clemente Moreno y José Molina. Nuevamente la Iglesia del Corazón de María sirvió para un bautismo de la familia, ocurrió el 8 de octubre de ese año. Francisco Cuadrado y Salvador Martínez actuaron como padrinos.

Si bien Epifania Reyes - hermana de Ignacio y Vidal (del primer matrimonio de Rafael Bernardo), y media hermana de Sara Josefina y Rafael Casimiro (del segundo) había sido reconocida junto con Ignacio como hijos naturales en el Acta de Matrimonio religioso cuando casó con Valentina Capdevila, recién el 30 de octubre de 1923 se cumplió con similar trámite en el Registro del Estado Civil de las Personas. Rafael Bernardo Bustos contaba ya con cuarenta y nueve años cuando pidió la inscripción de su hija Epifania Reyes, ordenada por el Juez de 1ª Nominación.

Es curioso que pese a que en el Acta de la Iglesia del Pilar del 3 de marzo de 1906 Epifania e Ignacio Marzo eran reconocidos como hijos de Rafael Bernardo y Valentina, recién durante el segundo matrimonio de él, (cuando Sara Josefina contaba con dos años de edad y Rafael Casimiro uno) se dio similar paso civilmente. O existieron problemas burocráticos, o hubo alguna renuencia que vino a subsanarse con el pedido de un tal Dr. Narciso A. Agüero que había logrado que el Juez de 1ª Nominación ordenara su inscripción, quien se basó en los dictámenes del Asesor Letrado de Menores y del Regente Fiscal.

De cualquier manera, y por razones ciertas que se desconocen, diecisiete años separan uno acto del otro. Y para esa época Epifania Reyes tenía veintiún años de vida, es decir ya había alcanzado su mayoría de edad.

Y Vidal - la figura discordante de la familia - contaba con catorce años.

Para esa época los papeles oficiales habían abandonado el "Galeotti" por "Galeotti y López" para citar el domicilio de la familia. Toda la esquina era nuestra - recuerdan -. Había muchas plantas, entre las que sobresalían los frutales. Todo esto, menos la casa que al final del Siglo XX cobijaría la familia formada por Sara Josefina con Antonio Oscar de la Calle, se perdió aparentemente por problemas familiares, en los que Vidal se llevó el protagónico. El alcohol, la temprana horfandad materna y los celos con sus hermanos lo hicieron un hombre difícil al que nadie recordaría después con aprecio.

 
 
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