El
día 15 de Abril de 1997, a las 14:30 horas, falleció uno de los integrantes de esta
familia.
Desde ese momento, falta una de las columnas del Hogar de la Familia
Bustos, lo que nos privará para siempre de su seguridad, guía, protección y compañía.
Irma Cecilia Vaca, que de ella se trata decidió partir
cuando su cuerpo vencido por el dolor ya no podía cobijarla más.
Había nacido en el Día de la Música del año 1928 - el 22 de
Noviembre -, por lo que contaba al morir con sesenta y ocho años de edad.
Sus padres fueron Honorio Lugardo Vaca y Micaela García.
Sus hermanas, Leonor Irene y María Honoria, la menor. Estaba casada con
Rafael Casimiro Bustos, con quien contrajo enlace
civil el día 23 de septiembre de 1953.
El 26 del mismo mes cumplieron con la ceremonia religiosa en la Iglesia
Corazón de María del Barrio Alta Córdoba.
Tras dos
intentos fallidos, logró finalmente concebir a quien escribe esta nota, quien nació el 5
de noviembre de 1956, ayudada profesionalmente por el
Dr. Boris Blank.
Se recibió de suegra luego de superar sus celos, un 16 de Septiembre
1995, cuando su hijo se casó con Cristina del Valle Funes.
Durante toda su vida gustó de la lectura y eso fue una de las primeras
cosas que sus enfermedades le privaron, al hacerle ver cada menos resultándole imposible
siquiera permanecer frente a un televisor.
En su
juventud trabajó como empleada, recordando ella que lo había hecho en la
"Droguería Goldemberg" hasta que sus obligaciones de mujer casada la llevaron a
convertirse en "ama de casa".
Durante treinta y tres años madrugó para desayunar con su marido y
luego despedirlo con un beso cuando él partía a trabajar en el Taller de Transformadores
de EPEC, en Villa Revol. Cuando él se jubiló el 18 de Abril de 1980, ése mismo
día ingresó a trabajar su hijo en la Oficina de Usuarios Esp eciales
del edificio de la Administración Central de la EPEC.
Y continuó desayunando de madrugada, pero ahora con su hijo.
Su cuerpo siempre le respondió, a pesar de haberla pasado bastante mal
con riesgo de muerte en los dos primeros embarazos. O cuando se cayó desde un colectivo
de la Línea "I". O cuando pasó de pié tantas enfermedades propias por cuidar
de su familia. En su casa o en el hospital. Donde fuere necesario.
Fue la guía de la casa. Las cosas se
hacían conforme ella lo estudiaba y lo disponía. ¿ Ampliar la casa ?. Comprar un
auto ?, ¿ Cambiarlo ?, ¿ Construir una casa para su madre y hermanas ?. ¿ Ayudar
a que su hijo tuviera su primer auto o cualquiera de los otros? ¿Ayudar a
construir la casa de su hijo?. ¿Ayudar a que éste se casara?. ¿Dar el visto
bueno para hacer un viaje?. ¿Aconsejar y opinar sobre cualquier proyecto que se
le presentara en consulta?. ¿ Educar a su hijo cuando pequeño y adolescente ?. ¿
Amar a su marido toda la vida ?. ¿Velar por su madre y hermanas?. ¿Resolver
junto a su marido, que las cosas que ya no se usan, no se venden, se regalan?.
Formar a su hijo para que intente ser un hombre de bien, generoso, respetuoso,
estudioso, buen empleado y buen marido ?
Esto es solo algo de lo que se puede decir de ella.
Cuando ya no forma parte de esta vida cotidiana de los que aún estamos
vivos, solo resta lamentar su enorme ausencia.
Aquí el relato de la mente dejará su lugar
al corazón.
Carta de un hijo a su Madre Muerta
Mamá, tengo un dolor que no puedo soportar. Un dolor que se lleva en
el corazón y corre por las venas. Un dolor del hijo que se ve desamparado. Ya no tengo
tus palabras. Ya no tengo tu consuelo. Ya no tengo tu apoyo. Ya no tengo tu presencia.
Saber que ya no estás. Arrepentirme por no haberme quedado unos minutos mas junto a ti en
la noche del 14. Arrepentirme por siempre al no haber llamado al cura que tanto pedías.
Porqué no lo hice? Cuando ya habíamos averiguado el domingo con Cristina, que lo mejor
era llamar al servicio Sacerdotal de Urgencia?
Y ese domingo le dije al cura que en realidad no estabas grave. ¡Qué
estúpido!
El jueves 17, en la Capilla de Barrio te mencionaron dos veces y
rogamos por tu descanso. A la salida, el mismo sacerdote - Martín - nos confortó
diciendo que si vos lo habías pedido, existía la Extremaunción de Intención.
Te extraño mucho! Ando de mal humor y la gente me molesta. Me molestan
las reuniones en donde pareciera que no pasa nada. Pero cómo?. No se dan cuenta que ya no
estás vos? Los restantes nunca habrán tenido madre? Y si la han tenido, no comprenderán
el dolor que me agobia, que me aplasta. Y los que aún la tienen, no entenderán que
serán los próximos en sufrir, mas tarde o mas temprano, tanto o mas que yo?
Para colmo hay cumpleaños y casamientos para hacer dulce. Y yo no
quiero ir. No quiero reunirme ni con amigos ni parientes. Solo quiero estar en casa junto
a Cristina, y apoyar y apoyarme en el papá y las tías.
Si podés, ayudálo al papi. Está muy triste. Siente mucho tu ausencia.
Las tías igual, en especial la María - la Gringa -, quien llora
desconsoladamente. A su pedido no habrá mas asados los días martes. El último lo
comimos cuando vos te fuiste.
A la semana justa, recordando la receta que me pasaste en tu lecho de
hospital, y como un homenaje a vos, hice unas albóndigas que me salieron bastante bien.
Sólo me traicionó la sal dietética que usé porque era la única que había.
Volviendo a lo tristes que estamos, quizá
te hayas enterado si te lo han permitido en donde estás, que para ayudarlo a
luchar contra su soledad, a Fayel le
compramos con Cristina el viernes 19, una perra Dálmata. Primero iba a ser una Siberiana,
pero resultó muy cara y el dueño un insufrible que me puso loco. La Dálmata se llama
Ramona y duerme en mi cama de soltero. Es cariñosa y buenita y se la quiere pasar adentro
y ensucia adentro. Pero parece que al papi eso no le importa mucho. Tiene un montón de
manchitas negras, hasta en la panza. Casi no ladra. Se la compramos para él, pero en
realidad nos está ayudando a todos. La sacamos a pasear bastante seguido hasta la plaza.
Llama mucho la atención. ¡Los chicos dicen: un dálmata! Ya el martes quisieron robarla.
Toma de ejemplo a Mafalda, camina si ella lo hace, va por donde ella va.
El domingo no sé si pudiste enterarte que fuimos a visitar tu cuerpo
al Cementerio Parque del Sol. Nos llegamos el papi, la Pocha, Crist y yo. Te dejamos unas
flores sobre el césped porque no había comprado aún el florero. La tierra no se había
asentado lo suficiente y por eso no te habían puesto aún la lápida. Luego escuchamos
misa y rezamos y comulgamos en tu memoria.
En estos recuerdos y vivencias que acuden a mi memoria quiero contarte
que quedé petrificado cuando ese fatal martes 15 te ví morir. Cuando solo te quedaban
segundos de vida. Que me desesperé cuando estabas en la cama y te llamaba ¡mami!
¡mami!
¡mami! intentando hacerte regresar de un camino que ya habías empezado a desandar. Retengo
en mi recuerdo, tus ojos abiertos, tus pupilas fijas y dilatadas, tu boca abierta. Retengo
tu cara ya sin dolor. Con un gesto como que se te había ido la vida de golpe, casi sin
darte cuenta, para que no sufrieras mas tanto dolor. Ya no molestarían mas la diabetes,
el coagulo en el cerebro, la cirrosis medicamentosa, las várices, y las internaciones en
clínicas y hospitales que tanto te hacían sufrir.
Solo queda nuestro dolor. Inmenso y pesado.
Días atrás me habías dicho que ya no querías internarte mas. Yo
había decidido que nunca volverías a sufrir en una clínica u hospital. Que no te
verían otra vez esos médicos que deambulaban por los pasillos creyéndose semidioses
dueños de un poder especial. Que te hicieron tantos estudios que no sirvieron para nada
y que solo lograron para hacerte sufrir.
Te acordás cuando desde tu cama de hospital me
pediste que comprara
la parcela en el cementerio parque? Hicimos todo medio en serio medio en broma. Ya sos
propietaria te dije. Y vos te sonreíste.
En el velorio fue bastante gente, aunque por momentos éramos muy
pocos. Fueron los de compromiso, otros ni pisaron, ni llamaron. Y fueron los que te
querían y los que nos querían. Alguna gente no fue avisada porque se nos pasó por alto.
Otros - vos sabés quienes - no fueron porque hicimos cumplir tu voluntad de que no te
vieran en tu cajón de muerta. Otros resultaron indiferentes, como si en lugar de tu
muerte se tratara de cualquier banalidad.
Bueno mami, cuando estoy solo es cuando sufro más. Pienso en
vos. En las cosas que hiciste por mí. Desde cuando era un niño. Te extraño
mucho. Dicen que con el tiempo me calmaré. En los primeros días después que
falleciste sentía tu alma revolotear junto a mí. Cuando llegó el fin de semana,
unos truenos de una tormenta que nunca llegó, significaron para mí los fuegos
de artificio que celebraban tu llegada al cielo.
Sé que descansas en paz. Porque eras una mujer buena.
A continuación te muestro una nota que hice para comunicar mi estado
de ánimo ante tu muerte, y que el papi - como es su costumbre - se encargó de distribuir.
Irma Cecilia Vaca de Bustos
falleció a las 14:30 horas del 15 de Abril de 1997
Tu esposo Rafael, y tu hijo Osvaldo
siempre te llevarán en el corazón
Aplicarán tus enseñanzas y guías
Sonreirán al recordar tus enojos
Se lamentarán por no haber hecho algo
que podría haber prolongado tu vida
Se tranquilizarán por saber
que tu cuerpo ya no sufre tanto dolor
Seguramente Dios tenía reservado
un lugar para cuando llegaste
Seguramente estás disfrutando
el reencuentro con tus antepasados
y el descanso eterno de los buenos y justos
Y cuando llegue nuestra oportunidad
te diremos nuevamente,
¡Hola Irma!
¡Hola mami!
Tu hijo Osvaldo
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